Sólo algunos avances se encararon, pero desde hace 11 años se sufren las inundaciones cuándo llueve, el caos en el tránsito, la falta de policía para combatir la inseguridad, los travestis, los vendedores ambulantes, la basura, el mobiliario urbano son algunas de las complicaciones que aún no se consiguieron resolver para todos los vecinos de ésta ciudad.
En los hospitales públicos continúa la tragedia para retirar un turno para atenderse, ya que es necesario hacer una espera de 5 horas, las villas de emergencia no fueron erradicadas pero crecieron más en iguales condiciones, sin urbanización.
Desde 1996 al 2000 durante de la Rúa prometieron en su campaña realizar la plantación de un millón de árboles, combatir los gases tóxicos de los colectivos y hacer un canal aliviador, ampliar la ofreta de salud fueron algunas promesas incumplidas.
El dúo de la Rúa-Olivera solo logró la extensión del subte B hasta Juramento y la desentralización porteña de las CGP, la instalación de defensas en el riachuelo de la Boca y equilibrar el rojo recibido en las cuentas de 2500 millones de pesos.
Con la Jefatura de Ibarra en el 2000 prometió hacer una nueva policía porteña para ser traspasada la federal pero siete años después se sigue discutiendo lo mismo sin acuerdo.
Así también Ibarra prometió arreglar el desborde de los arroyos, entubando para cuando llueve más de 60 mm se inundaban los barrios porteños, y al final se hizo un canal aliviador del rio Matanza.
Se extendió la línea del subte B y la línea D, sacó los vendedores ambulantes de Retiro pero no soterró los cruces del ferrocarril Sarmiento.
Ibarra para conseguir su reelección en 2003 prometió extender las líneas A y B e inaugurar la nueva línea H de subtes y eliminar el corredor Verde del Oeste así como disminuir las esperas en los hospitales a los pacientes y la demolición de la cárcel de Caseros para que la ciudad esté más limpia cambiar la modalidad de los contratos con los recolectores de la basura.
La tragedia de Cromagnón que lo envolvió imprevisiblemente le sirvió para destituirlo en marzo del 2006 sin tener conseguido sus objetivos y un juicio político que le paró su gestión, sucediéndolo Jorge Telerman teniendo que aceptar las falencias recibidas con pérdidas millonarias y una infraestructura en decadencia con obras paralizadas que Telerman tuvo que rehabilitar con mayor inversión en arreglos de plazas y parques.
Abrió nuevas licitaciones de obras hidráulicas para regular el arroyo Maldonado, consiguió habilitar turnos vespertinos en los hospitales para mejorar la atención y consiguió poner 15.000 contenedores de basura para sanear la ciudad.
Al terminar su mandato es probable que tenga terminado la primera parte del hospital en Villa Lugano, una obra que se adeudaba de hace décadas.
El balance final resulta elocuente con las mejoras que otros no consiguieron solucionar y ahora le tocará a Macri enfrentar el nuevo desafío para hacer las mejoras pendientes que faltan en solucionar inundaciones, hospitales deficientes, inseguridad, recolección de basura, mobiliario urbano y asentamientos ilegales.
La pesada herencia que recibirá Macri no es fácil, ya que le tocará enfrentar nuevas promesas que le exige su partido PRO en su gobierno y para ello tendrá que diseñar nuevas estrategias para corregir los males herredados y que son los que recordaremos a saber:transferencia a la ciudad de la policia, diseñar nuevos programas educativos y laborales, enfrentar la comercialización de la droga, resolver la demanda asistencial hospitalaria adecuando un sistema automático de distribución de turnos para la atención y asistencia de pacientes entre la Capital metropolitana y la provincia, mejorar la frecuencia de subtes con cocheras en las cabeceras de las líneas, soterrar los pasos ferroviarios, control de carga y descarga para la distribución en el centro por las mañanas, regular las frecuencias de los transportes urbanos ampliando recorridos a las líneas de colectivos, remodelar el mobiliario urbano con mejor señalización, regular la recolección de basura, ampliar redes cloacales, alumbrado públicos y redes de gas, controlar los cruces peligrosos de avenidas y educar creando conciencia en la población sobre accidentes callejeros y educación vial, evitar la contaminación marginal de los rios y los espejos de agua, limpiar los cascos hundidos del riachuelo, dragando y oxigenando el agua.
La tarea por demás es amplia y pueden surgir muchas promesas o inconvenientes para su realización que sólo el tiempo conseguirá aseverar si lo dicho y hecho por el equipo de MACRI fueron capaces de cumplir ó si también quedaron discutiendo su fracaso como otras administraciones anteriores.
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