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viernes, 28 de octubre de 2011

Cristina Fernández frente a sí y a CFK

Cristina Fernández con sus palabras deja en sus discursos cariño y respeto que se combinan con la decepción. En el último año de 2011 la Presidenta se ha enojado pocas veces en público y es más obediente de lo que fue su esposo a los consejos de los especialistas en imágen política. Cristina Kirchner comprendió bien que su peor enemigo era ella, cuándo aparecía crispada en sus discursos al reemplazar sus proverbiales retos a amigos y enemigos por un mensaje moderado y edulcorado recitado en base a la democracia y la tolerancia con envidiable convicción. No se duda en describirla como una mujer brillante, decidida, fuerte y valiente ni tampoco endilgarle una pérdida de la capacidad de escuchar "opiniones distintas" y lo deja bien claro, que nunca dejó de tener a Kirchner a su sombra.
Como lo fue Alberto Fernández hasta mediados de 2008, y Bugge el fotografo testigo del día a día de Cristina Kirchner y esa rara mezcla de proximidad y distancia que se fusionan en una cámara. Accede a algunas caras de la intimidad de la Presidenta, reconocido por el cuidado de la estética personal o algunas escenas de su vida familiar, y además tiene que retratarla en todas las situaciones oficiales de dónde surgieron retratos agudos e inolvidables como el que hizo de la jefa del Estado junto al féretro de Néstor Kirchner el 28 de octubre de 2010.
Cristina Elizabeht Fernández nació y creció en un hogar platense en el que se respiraba política. Así fue también el que construyó después con Néstor Kirchner. Su vida de militante tiene el sello de su paso por la Facultad de Derecho para recibirse de abogada.
También el del hueco que impuso la dictadura militar cuando, ya casada con Kirchner, se mudó a Santa Cruz. En ésos años el matrimonio cambió la militancia por los negocios inmobiliarios. Gracias a las ejecuciones hipotecarias y la circular 1050 del Banco Central, los Kirchner acumularon 22 propiedades. Fue el origen de la fortuna personal de ambos, una polémica que los acompañaría a lo largo de sus años en el poder.
Santa Cruz, la provincia natal de su marido, se convertiría también en su lugar: una de las muchas cosas que compartirían durante 35 años de vida en común. En 1977 nació su hijo Máximo y en 1990, Florencia.
Cristina Kirchner está acostumbrada al protagonismo. Nunca se resignó al segundo plano que la política suele reservarle a la mujer. Y lo hizo desde la reivindicación, muchas veces criticada, de su condición de género. Combinó la legisladora aguerrida con la madre atenta, la primera dama incondicional con la esposa amorosa y la presidenta firme con la mujer frágil golpeada por la sorpresiva muerte de su compañero.
Fue diputada provincial por Santa Cruz mientras Kirchner fue intendente de Río Gallegos y luego gobernador de la provincia. En 2007 los Kirchner se sucedieron uno a otro en la presidencia, un hecho inédito en la historia argentina.
Durante los años en el Congreso, donde ejerció como diputada y senadora, Cristina Kirchner se hizo conocida por su perfil de oradora hábil, polemista aguda y casi imbatible, y trabajadora incansable. También en el Congreso, pasó de la crítica furibunda al menemismo, a la defensa sin matices del gobierno de su marido. Desde su banca impulsó iniciativas polémicas, como la reforma del Consejo de la Magistratura y la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia. Esa transición también marcó el fin de su fluída relación con la prensa, a la que, al igual que Kirchner, convirtió en blanco de sus críticas más duras.
Su llegada a la Presidencia en 2007 estuvo signada por el escándalo de la valija de Antonini Wilson y, enseguida, por el conflicto con el campo que le valió la ruptura con Julio Cobos.
En 2009 sufrió una dura derrota en las elecciones legislativas que tuvieron a Kirchner como protagonista. Por primera vez en sus vidas, los Kirchner perdieron una elección.
La estatización de Aerolíneas y del sistema jubilatorio, y la sanción de la ley de medios fueron algunas de las principales apuestas de su gestión.
En 2010 empezaron las especulaciones sobre su sucesión. El dilema estaba en pie cuando el 27 de octubre, con la muerte de Kirchner, la vida de Cristina cambió para siempre. Tuvo que reponerse al tremendo golpe de perder a su compañero de la vida y de carrera política.
Desde ese lugar, y después de meses de misterio, mientras aumentaba su popularidad, decidió ir por la reelección. El aluvión de votos que recibió el 14 de agosto allanó el camino hacia la pelea definitiva del próximo 23 en lo que indica que renovará su mandato hasta 2015.
Por Lucrecia Bullrich LA NACION




Como motor del crecimiento económico para el 2012, se seguirá apostando a sostener el consumo y el empleo, con más subsidios para impedir futuros despidos y estudiar mejorar los ingresos fiscales a través de una reforma tributaria.
Por ahora, Cristina ordenó frenar todos los proyectos, pero la crisis obligará a tomar medidas. Ella no habla con nadie del futuro ni de medidas pero piensa en cambios estructurales de gobierno, sin embargo preocupa la posible recesión mundial, el descenso del precio de la soja, la devaluación del real, la desaceleración de la economía de Brasil y la fuga de capitales, que en 2011 alcanzaría los US$ 20.000 millones.
Desde el ala política promueven para Economía a una figura amigable mencionando a Lorenzino por tener el apoyo de los bancos. Algunos en ése sector impulsan a Mercedes Marcó del Pont, presidenta del Banco Central, otros a Débora Giorgi como sucesora de Boudou. Por su parte, Diego Bossio continuaría permaneciendo al frente de la Anses.
"Lorenzino representa al Club de la Deuda y la idea de seguir financiando un modelo que no apunta a la productividad. No queremos eso ni la «profundización del populismo», tampoco de manotear la renta de los granos o la estatización del comercio exterior", comentaron en el sector industrial.
La Unión Industrial Argentina (UIA) alienta el "neodesarrollismo" con su titular José Ignacio de Mendiguren, que impulsaría medidas para mejorar la competitividad, al margen del tipo de cambio, y así generar rentabilidad y frenar la fuga de capitales con mayor inversión productiva.
El ala política coincide con la industrial, "Por ahora no hace falta emitir deuda externa; alcanzara con el financiamiento interno y se verá en 2012 según cómo evoluciona la crisis, que es muy volátil", dicen.
Por las dudas, se estudia para el año 2012 una reforma tributaria, que incluiría impuestos al consumo y el gravámen a la renta financiera; el cambio de la ley de entidades financieras y el de la Carta Orgánica del Banco Central para que, además de tener la función de preservar el valor de la moneda, promueva el crecimiento económico, el empleo y la inversión.

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