Búsquedas en el Blog

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Comienza la era TRUMP de la conmoción en Sudamérica


Florida, es el estado que nuclea a una gran cantidad de latinos que votó en su favor. Y para sorpresa de muchos tuvo un peso determinante en la elección que convirtió a Donald Trump en el presidente de los Estados Unidos en 2017.
A pesar del rechazo por muchos sectores, el nuevo presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, tendrá un efecto sobre la inmigración que viene del sur de Estados Unidos, a pesar que sus negocios en tierras latinas han sido auspiciosas como Panamá, Punta del Este y Río de Janeiro es el triángulo que explica la red de sociedades financieras que el magnate supo construir en Lationamérica.
Un emprendimiento residencial en Punta del Este y una proyección de torre de oficinas en Buenos Aires para 2017 serán las nuevas inversiones de Trump como buenos negocios en América Latina, pero la gran incógnita es si sus políticas como presidente norteamericano serán para la exacción de recursos y el cierre de fronteras, o si aplicará parte de su política empresarial a la seguridad de los Estados Unidos.
Panamá, Brasil y Uruguay son sólo algunos ejemplos de ello y ¿La clave? son varias por “exenciones impositivas”que podría ser un buen lugar para comenzar a pensar el negocio.


El Trump Ocean Club International Hotel & Tower en Panamá tiene unos 280 metros de altura y 250 mil metros cuadrados. El emprendimiento fue la primer inversión del magnate en América Latina.
El proyecto significó una gran muestra de poder para Donald Trump, y su influencia fue tan fuerte que el emprendimiento inmobiliario creció tanto que llegaron a despedir del consejo administrativo al propio multimillonario por supuestas irregularidades en el pago de bonos no consensuados, los gastos del hotel y demás. Lo cierto es que ésa torre, valuada en 400 mil millones de dólares, representó un gran negocio para Donald trump. De hecho, figura en Panama Papers, donde el magnate está ligado a 32 sociedades offshore.
Desde lo social, Trump tuvo ciertas dificultades con su imagen en el país. Cuándo viajó para la inauguración a Panamá, el país lo había declarado persona no grata por haber dicho que los Estados Unidos entregaron “estúpidamente” el canal a Panamá “a cambio de nada”.
En la ciudad balnearia de Punta del Este veranean principalmente argentinos y brasileros de clase alta. Allí Trump vió otro suelo fértil y propicio para realizar un emprendimiento de unos 100 metros cuadrados que tendrá helipuerto y la impresionante vista del Océano Atlántico al sur de la frontera que permitirá al magnate expandir sus negocios.
Los vínculos tejidos a través del poder político y del poder económico, Trump pone su marca, y apuesta a los inversores que se acoplan a los estándares de construcción del magnate, y por supuesto el lujo que estará a la orden del día.
Es probable que Punta del Este sea un destino más exigente que el panameño ya que tendrá una piscina de 800 metros cuadrados, una cava de vinos para cada propietario, un salón humidificado para fumar habanos y hasta una cancha de tenis diseñada por Martín Jaite, ex tenista argentino que dirigió también el equipo de Copa Davis.


En Río de Janeiro el "Trump Hotel" es su creación más reciente: inaugurado a fines de septiembre de 2016, una fecha clave para atraer inversiones a los juegos olímpicos, y de hecho, los primeros huéspedes fueron los miembros del Comité Olímpico Internacional, que pagaron 680 dólares de diaria por habitación.
La llegada de Trump a Brasil se le venía haciendo esquiva desde hace unos años, y tuvo su sello en 2014 cuándo le dijo a la revista "Veja" que el país carioca era un destino que tenía en proyecto por sus mujeres, que son “absolutamente increíbles”.
Ésta vez sus vínculos con la política fueron subterráneos, tanto que cuándo le preguntaron por Dilma Rousseff, contestó “¿quién es élla?”, en relación a la suspendida presidenta brasileña. Pero por supuesto, allí también tejió los nexos necesarios para tener respaldo político y exenciones impositivas. Como si fuera poco, Trump tiene proyectado construir cinco rascacielos más en el gigante de Sudamérica por un valor total, 1.800 millones de dólares, como un jugoso negocio.
Así Trump expandió su imperio en la construcción norteamericana fronteras afuera que ha usado políticamente como contrincantes, en su condición de “hacedor de negocios a nivel global” (así se definió él mismo, ostentando los 100 negocios a su nombre, cuyo 85 por ciento se encuentra fuera de Norteamérica) apuntó en sus propias palabras a construir de la misma manera una política internacional.
El detalle que aparece como principal contradicción es que todo lo que exceda a las fronteras de los Estados Unidos fue utilizado por Trump para hacer una campaña xenófoba.
Para la Argentina Trump podrá hacer negocios en compras a menor precio de las propiedades que intentarán desprenderse aquellos funcionarios políticos de los manejos corruptos y especulativos que son imputados al gobierno K para conseguir liquidar los bienes que la justicia reclama si no actúa a tiempo para evitarlo.
La victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos impactó en la fortuna del mexicano Carlos Slim Helú, quién perdió 5.1 mil millones de dólares, una reducción en su fortuna de 9.2 % luego de que el peso se derrumbara hasta 12 % frente al dólar.” (El Financiero, 9 noviembre 2016).
El primer efecto sobre la fortuna de Carlos Slim fue negativo, podrían haber en el futuro otro tipo de consecuencias pues, en el transcurso de la campaña Donald Trump señaló que los reportes periodísticos publicados en el diario The New York Times, del que Carlos Slim es accionista, donde se revelaron “supuestas conductas sexuales inapropiadas por parte del magnate, son impulsados por el empresario mexicano.” Se equivocó el empresario Slim Helú, y cuánta verdad contienen los refranes populares, "No es lo mismo ser borracho que ser cantinero". 
El profesor de Historia de la Universidad Americana de Washington D.C. Allan Lichtman, quién predijo la victoria de Donald Trump acertando el resultado de las últimas ocho elecciones en el país, afirmó que el recién electo presidente será sometido a un juicio político.
En una entrevista para "The Washington Post", Lichtman señaló que es muy probable  que Trump ofrezca motivos al Gobierno para destituirlo al poner en juego la seguridad nacional y llenarse los bolsillos.
Lichtman dice que su predicción no se basa en un sistema; lo noto en las entrañas. "Los republicanos" no lo quieren en el poder porque no lo pueden controlar al ser "impredecible" y agregó que al partido "le encantaría" que el mandatario fuera Mike Pence, el vicepresidente electo, ya que Pence es un republicano de rango inferior, conservador y totalmente controlable.