Lo que Menem en los 90 llevó adelante con las privatizaciones, el gobierno K quiere ahora Argentinizar para que el Estado tenga la opción de tener un porcentaje de acciones en las empresas como cuota parte para su intervención y sea por medio de un subsidio, algo parecido pero no igual establecido por Chaves al nacionalizar la empresa SIDOR, sea del Estado.Desprender al Estado es lo que Menem llevó adelante con sus privatizaciones pero en el 2008 se quiere Argentinizar, es decir una participación como un ente privado también parecido a lo que quiere hacer Evo Morales en Bolivia con las empresas extranjeras.
Dos opciones diferentes para conseguir un mismo objetivo, que las empresas sean participativas con el Estado en el mercado bursátil. Pero mientras el barril de petróleo continúe subiendo Cháves se friega las manos para estatizar más empresas extranjeras en su país por un precio que él dispone.
Los funcionarios argentinizadores ganan más espacio en los servicios públicos para ingresar en un negocio a pérdida que se hace interesante por tener los activos más baratos en los mercados regulados que hacen más atractivos para ser comprados por grupos empresariales locales al recibir una mano del Estado que mejora sus costos con menor riesgo al competir en la ecuación comercial, permitiendo arreglar con el Estado las desgravaciones impositivas. Así los funcionarios argentinizadores se codean con el gobierno torciendo la balanza a su favor.
Pero ésta ecuación regulatoria se entiende como una mayor argentinización sea de índole privada ó pública traerá mayor inversión con menor previsión de riesgo a la estatización.
Con 5 años de gestión K en los servicios públicos con mercado regulado se cambiaron las reglas de juego en los ferrocarriles, electricidad, transporte, combustible, líneas aéreas, aeropuertos, el correo y agua vieron en el kirchnerismo ahogar empresas para obligarlas a negociar y ahora se pretende hacer con las empresas agroganaderas.
Así el gobierno ingresó en el grupo Marsans, dueño desde 1998 Aerolíneas Argentina que fuera privatizada en el gobierno Menem, permitirá ingresar al grupo Buquebus con Juan Carlos López Mena que tendría el 37% de acciones y Marsans con el 95% pasará a tener 33%, el Estado un 30% y los empleados un 10%.
Pero para conseguir ésto deberán avanzar las conversaciones con un acuerdo de aumento de tarifas discutidas en base a subsidios a pesar que no se conoce el monto de la venta gestionada,
Es así que el Estado cuenta con la creación de dos sociedades, una gestora de infraestructura y otra de prestación de servicios. La Argentinización de empresas por el grupo Petersen al comprar un 14% accionario en YPF fué con el interés estratégico para acercarse y ser favorecido con el clientelismo amigo.
Los empresarios aceptan a un socio local para mejorar su posición con el gobierno hacer su empresa más rentable para liberar restricciones, para mejorar el proyecto argentinizador que hasta ahora no ha pasado de transitar por las desmentidas y que luego vendrán las fotos y negociaciones. El inconveniente que se tiene es que pasa por la inversión y el gobierno mantiene la estrategia de compartir la rentabilidad y los empresarios quieren que la inversión sea pública ya que la tarifa no alcanza al estar congelada.
Con los bienes transables donde no interviene el gobierno, los extranjeros han aprovechado precios más bajos en términos internacionales al multiplicar la producción ampliando su mercado.
Los funcionarios que fuerzan cambios con amenazas con aplicar la ley de abastecimiento al imponer valores ficticios a la producción.
La concepción de argentinizar la economía del gobierno K concede privilegios con ventajas cambiarias y protecciones a la producción de bienes y considera estratégico al sector prestador de servicio público al no querer ver personas o companías de otros países, pero a su sombra se esconde la imprevisibilidad del default argentino que acecha y complica a las empresas locales aunque algunas tienen suceso.
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