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martes, 25 de diciembre de 2012

"El día 20D -12; la fiesta del saqueo"


Estamos en un alto grado de compulsión política violenta perniciosa que tienen contaminada a la sociedad y al poder estatal como si hubiere un pacto con el diablo y que nadie decide resolver, y cuándo se llega a la antepuerta del infierno se termina aceptando como reglas del juego que se presiona como obligando hacerlo bajo la palabra de la "impunidad", un pulpo de gigantes tentáculos que ejerce gran poder a favor del delito y éstando soliviantada por algunos legisladores apoyando con mejorar salarios y los jueces que relegan las causas al tiempo del olvido. Así la impunidad se agiganta donde el delito queda en un cono de sombra que permite burlar leyes, el respeto al prójimo y reinar en la oscuridad de la obsecuencia de aquellos que la protegen. 
A modo de crónica anunciada desde hace años, para éstas fechas se negocian con grupos organizados de personas les regalen mercadería y la “costumbre” viene desde la crisis del 2001, y continuó en más a pesar de la mejora económica actual.
La gente pide como por obligación, hay pequeñas amenazas de saqueos o piquetes en la entrada de los supermercados, y todo se diluye con la entrega de bolsas preparadas de antemano que forman parte de la previsión anual, es decir, sobre una base establecida en la cuál se montan los episodios graves que vive el país,si se lo quiere considerar en términos históricos, tampoco se trata de algo novedoso, ya que en los setenta aquellos primeros grupos montoneros saqueaban a las empresas pioneras en el rubro supermercadadista como (por ejemplo, “Llaneza”).
Los saqueos han abarcado todo tipo de rubros, desde alimentos y bebidas hasta zapaterías, farmacias, regalerías, indumentaria, o electrónicos. Hubo comercios que perdieron toda la mercadería que tenían en stock para las fiestas y no hay tiempo para reponer.
Su objetivo fue, justamente, electrodomésticos que después serían repartidos en villas de emergencia.
Los medios apenas reflejaban la situación porque la conducta “revolucionaria” contaba con cierta protección oficial de base en aquella época, aunque todos saben que semejante accionar retrasó al menos en dos décadas la evolución de la mejoría en el país.
Mientras el gobierno carga contra los sindicalistas Moyano y Micheli, ellos le responden con la misma moneda y la pregunta que flota en el aire es: ¿Por qué ahora para las fiestas y quiénes están detrás ?
Los robos a supermercados de Rosario durante el jueves 19 y la madrugada del viernes 20 tuvieron consecuencias trágicas: Silvina Barnachea falleció por un corte con el vidrio de un local que afectó su arteria femoral, y Luciano Carrizo murió al recibir un disparo de bala en el cráneo, que se investiga de dónde provino. De los 50 heridos en los hechos dos permanecían graves. Los detenidos fueron unos 150, de los cuales 92 fueron imputados por “robo calificado”.
El gobernador Antonio Bonfatti le pidió al jefe de Gabinete nacional, Abal Medina, el envío de “al menos cien gendarmes” e indicó que “la Justicia tiene pruebas y trabaja” para castigar a los culpables.
El ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, habló de “instigadores, que no son políticos, que usaron la situación climática para cometer vandalismo”, también apuntó a que la gente ligada al narcotráfico “no está ajena al caso”.
El pedido de Bonfatti a Abal Medina vino a reforzar la solicitud de la seguridad de Rosario por medio de una carta enviada a la ministra del área, Nilda Garré, por la intendenta rosarina Mónica Fein. La respuesta llegó por la tarde cuando la Nación puso a disposición de la jefa comunal a los gendarmes destacados en esa ciudad.
 
Lamberto, por su parte,aseguró que en los hechos de la madrugada “actuó un grupo reducido de entre mil y dos mil personas, que aprovecharon un hecho meteorológico para cometer actos vandálicos por instigadores, actores y autores que no tienen nada que ver con problemas sociales o reclamos por las inundaciones.Gente muy joven se movía de un lado para el otro y los robos fueron vinculados con bebidas alcohólicas. "Queremos descartar la existencia de organizaciones detrás de esto”, dijo y pidió intervención a la Corte Suprema provincial y del procurador Jorge Barraguirre.
La primera tanda de robos se dió en supermercados chinos con conflictos en otros locales y los casos más impactantes se registraron en Empalme Graneros.
En un primer momento fueron detenidas 128 personas, entre ellas 29 menores y por la mañana hubo otras nueve detenciones y más tarde una docena.
Desde el Juzgado de Instrucción 5 indicaron que 92 quedaron imputadas por “robo calificado en poblado y en banda”, delitos que estipulan entre 5 y 15 años de prisión, mientras que algunos acusados podrían ver agravada su situación ante la participación de menores.
“Algunos instigadores están individualizados porque había una ronda con un par de autos dando vueltas y unas motos marcando dónde tenían que ir a robar, están filmadas las patentes y las personas”, aseguró el gobernador Bonfatti
No solo se ubica al campo de la necesidad más absoluta, sino los saqueos tienen también un origen ideológico político que, entre gallos y medianoche, sobrevivió y fue alimentado en las sombras de la subversión.
Aunque la gente se indigna al ver a los saqueadores se llevan algo más que comida de las tiendas, éstos fenómenos tienen condimentos de todo tipo y no conviene analizarlos de manera lineal; hasta los de 2001 escondían un objetivo político que excedía al hambre e implicaba cierto nivel de organización.
En éstas circustancias, las teorías conspirativas suelen aplicarse y según informes de inteligencia con los que contaría el Gobierno, los desbordes de la hinchada boquense (en diversas zonas de Buenos Aires quedaron destruidas por desmanes) fueron una suerte de “globo de ensayo” al comprobarse las debilidades de las fuerzas encargadas de reprimir o contener agresiones.
Las “fallas” van desde Gendarmería hasta Prefectura, pasando por la Policía Federal y Provincial; todos, por uno u otro motivo (políticos, salariales, etc.),exhibieron fallas que dejaron al descubierto la fragilidad del sistema de seguridad argentino, y abrieron las puertas a los hechos que padecemos hoy.