....María Eugenia Álvarez, la enfermera que atendió a Eva Duarte de Perón,"Evita", durante la enfermedad que terminó con su vida el 26 de julio 1952 a los 33 años por un cáncer de útero, rememora sus últimas horas después de su muerte a una mujer "exquisita y muy dulce" en el sesenta aniversario de su fallecimiento, que fuera la segunda esposa del presidente Juan Domingo Perón (la primera se llamaba Aurelia Tisón, que por paradoja murió de lo mismo), fue la única nombrada "jefa espiritual" como abanderada de los humildes del país, designada por el Congreso.
En una habitación del primer piso usada como vestidor de Perón en la residencia Presidencial del Palacio Unzué, se acondiciona especialmente por el silencio que tenía su inmenso parque para su tranquilidad, una cama con una colcha de piqué labrado que cubre su delgado cuerpo de una pálida mujer que duerme y sueña en una inmensa quietud en la que decía "hace mucho que no descansaba así con sueños de arenas blandas bajo los piés".
Sobre el pasillo del otro lado un trajinar incesante de rumores en la gente allegada se contenía para preservar su reposo. Pero las voces del largo corredor iban subiendo el volúmen con pisadas que se multiplicaban por los preparativos, la incertidumbre con gente dando órdenes y decidir despertarla de su sueño tan sereno, y la órden fue como un acicate a la obediencia frente a la duda.
La enfermera golpea suavemente la puerta pero ante la falta de respuesta, entra a la sala invadida por una penumbra y vacilante corre la cortina y con tímida llamada se despierta y pregunta ..."qué hora es ..?", -las siete, mi señora- ¡Levántame el respaldo y alcánzame el espejo! dice con voz frágil y se estira su cabello y vanamente colorea su palidez y dice ¿Como estoy?, la enfermera responde -hermosa como siempre- Abrí esa puerta que es tarde-.
Del pasillo entran al tropel dos mujeres,un hombre jóven de aspecto intelectual y un fotógrafo. - Señora, dice una de las mujeres... perdón por despertarla pero "usted debe ser la primera en colocar el sobre en la ranura de una caja desde su lecho convaleciente para quebrar el silencio de los siglos, ya que palpita por primera vez el voto femenino, por cuántas luchas pasadas convergen oír su voz en éste instante".
El rumoroso grupo parte con la caja y la enfermera quiere entornar la cortina a lo cuál le responde; -Déjalas así que quiero ver la luz de éste día, el más feliz de mi vida, y de todos,.. a pesar de todo-.
El 11 de noviembre de 1951 Evita como 2 millones doscientas mil mujeres votaron por primra vez en el Policlínico de Lanús donde algunas horas después le fuera extraído un tumor.
En la etapa final de su enfermedad que oficialmente fuera diagnosticada como anemia por la necesidad de frecuentes tranfusiones, se rescata la fortaleza de Evita para mantener su actividad con los ingenieros para pensar las obras de la Fundación Eva Perón con quiénes planeaba la construcción de obras sociales.
"En la víspera del día 25 (de julio de 1952) durmió profundamente, y pensé que estába entrando en el final de su agonía", relata Álvarez, que atendió a Evita, y ésa noche tuvo su último momento de lucidez que la ayudó a levantarse de la cama y llegar al baño, "Se lavó las manos y mirándose al espejo dijo: "Ya queda poco" y yo le dije: "Si señora, falta poquito para ir a la cama"...
Ella me contestó: "No María Eugenia, a mí me falta poco" y sostiene que escuchó las últimas palabras de Evita antes de entrar en un coma que terminó con su muerte a las 20.25 horas del 26 de julio en que entró a su inmortalidad para crear una leyenda a quién, seis décadas después millones de argentinos le rinden veneración como la abanderada de una convicción política.
Reseña; “El 9 de octubre de 1945 en una transmisión radial de Belgrano la novela comenzó a desarrollarse normalmente, los personajes de la ficción que ella interpretaba habían llegado a Marte y sorteaban los primeros peligros, cuando inesperadamente un locutor interrumpió la transmisión dejando a Eva con la palabra en la boca para anunciar, eufóricamente, que el coronel Perón se había visto obligado a renunciar a sus cargos de vicepresidente de la Nación, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión.
Luego de ése shock radiofónico la novela siguió algunos minutos que faltaban para terminar, sin que nada denotara emoción en la voz de Eva, tal vez un poco más insegura que de costumbre terminó el programa.
Al día siguiente, una multitud de oyentes esperó inútilmente esa voz en el éter, pero la novela no se transmitió ese día sin que se diera ninguna razón, caso único en la historia de la radio y nunca más terminó de propalarse; los personajes quedaron varados para siempre en Marte mientras su protagonista emprendía otros caminos insospechables”.
El video a continuación ilustra la historia con la documentación gráfica de los hechos cronológicos del gobierno peronista y de la sociedad en ésos años.
En una habitación del primer piso usada como vestidor de Perón en la residencia Presidencial del Palacio Unzué, se acondiciona especialmente por el silencio que tenía su inmenso parque para su tranquilidad, una cama con una colcha de piqué labrado que cubre su delgado cuerpo de una pálida mujer que duerme y sueña en una inmensa quietud en la que decía "hace mucho que no descansaba así con sueños de arenas blandas bajo los piés".
Sobre el pasillo del otro lado un trajinar incesante de rumores en la gente allegada se contenía para preservar su reposo. Pero las voces del largo corredor iban subiendo el volúmen con pisadas que se multiplicaban por los preparativos, la incertidumbre con gente dando órdenes y decidir despertarla de su sueño tan sereno, y la órden fue como un acicate a la obediencia frente a la duda.
La enfermera golpea suavemente la puerta pero ante la falta de respuesta, entra a la sala invadida por una penumbra y vacilante corre la cortina y con tímida llamada se despierta y pregunta ..."qué hora es ..?", -las siete, mi señora- ¡Levántame el respaldo y alcánzame el espejo! dice con voz frágil y se estira su cabello y vanamente colorea su palidez y dice ¿Como estoy?, la enfermera responde -hermosa como siempre- Abrí esa puerta que es tarde-.
Del pasillo entran al tropel dos mujeres,un hombre jóven de aspecto intelectual y un fotógrafo. - Señora, dice una de las mujeres... perdón por despertarla pero "usted debe ser la primera en colocar el sobre en la ranura de una caja desde su lecho convaleciente para quebrar el silencio de los siglos, ya que palpita por primera vez el voto femenino, por cuántas luchas pasadas convergen oír su voz en éste instante".El rumoroso grupo parte con la caja y la enfermera quiere entornar la cortina a lo cuál le responde; -Déjalas así que quiero ver la luz de éste día, el más feliz de mi vida, y de todos,.. a pesar de todo-.
El 11 de noviembre de 1951 Evita como 2 millones doscientas mil mujeres votaron por primra vez en el Policlínico de Lanús donde algunas horas después le fuera extraído un tumor.
En la etapa final de su enfermedad que oficialmente fuera diagnosticada como anemia por la necesidad de frecuentes tranfusiones, se rescata la fortaleza de Evita para mantener su actividad con los ingenieros para pensar las obras de la Fundación Eva Perón con quiénes planeaba la construcción de obras sociales.
"En la víspera del día 25 (de julio de 1952) durmió profundamente, y pensé que estába entrando en el final de su agonía", relata Álvarez, que atendió a Evita, y ésa noche tuvo su último momento de lucidez que la ayudó a levantarse de la cama y llegar al baño, "Se lavó las manos y mirándose al espejo dijo: "Ya queda poco" y yo le dije: "Si señora, falta poquito para ir a la cama"...
Ella me contestó: "No María Eugenia, a mí me falta poco" y sostiene que escuchó las últimas palabras de Evita antes de entrar en un coma que terminó con su muerte a las 20.25 horas del 26 de julio en que entró a su inmortalidad para crear una leyenda a quién, seis décadas después millones de argentinos le rinden veneración como la abanderada de una convicción política.
Luego de ése shock radiofónico la novela siguió algunos minutos que faltaban para terminar, sin que nada denotara emoción en la voz de Eva, tal vez un poco más insegura que de costumbre terminó el programa.
Al día siguiente, una multitud de oyentes esperó inútilmente esa voz en el éter, pero la novela no se transmitió ese día sin que se diera ninguna razón, caso único en la historia de la radio y nunca más terminó de propalarse; los personajes quedaron varados para siempre en Marte mientras su protagonista emprendía otros caminos insospechables”.
El video a continuación ilustra la historia con la documentación gráfica de los hechos cronológicos del gobierno peronista y de la sociedad en ésos años.
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