Búsquedas en el Blog

sábado, 10 de enero de 2009

"Un INDEC para ciudadanos incrédulos"

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos -Indec- retoma nuestra atención cuando mide la inflación y cuantifica los porcentajes de la realidad económica argentina. Si bien elegimos democráticamente al presidente que nos gobierne pero debería hacerlo como debe y no como quiere.
Hoy los índices mensuales que deberían expresar credibilidad es un indicador incrédulo de cuánto nos mienten, alterado por el capital económico al perder poder adquisitivo mes a mes por causa de una manipulación numérica y perder confianza en los datos, además de esperanza para la inversión de un progreso productivo.
La brecha del índice entre lo real y lo publicado por el Indec está lejos de la realidad creíble según lo establece la Constitución referido a la calidad de vida de los ciudadanos.
Para medir el deterioro ciudadano a espaldas de nuestro silencio frente a la realidad del país con los casos coyunturales de corrupción corporativa como Siemens, Scanska, YFP, valijas voladoras, incautación de las AFJP, autorizaciones a testaferros en red de casinos, obra pública, energía son las estructuras gubernamentales de un gobierno que tiene un Congreso obsecuente de su parte y un sistema judicial como escribanía rehén de su parte por el Consejo de la Magistratura.
La mayoría de los ciudadanos al observar pasivamente los índices presentados somos cómplices de sus números que nos quieren hacer creer y de nuestro sueño aletargado por la crisis que nos presentan dibujada por el Estado a su conveniencia de la realidad nacional, que sólo pesa en el bolsillo de los habitantes que como autistas caemos siempre en las lamentaciones y quejas de los que menos tienen.
En lo privado aquellos ciudadanos que hacen bien las cosas solo nos representan en palabras y no con los hechos al acceder representarnos en lo público para recuperar un Estado decadente, al medir el índice, es un abismo entre lo privado y público y dejar que la calidad institucional sea como una mera referencia.
Asi el alto índice de corrupción en la conciencia cívica está arraigada al posibilitar la corrupción del Estado y se dá como aceptada al ser los corruptos en las cuentas públicas por causa de la evasión fiscal, y si podríamos medir el índice obtendríamos un Estado corrupto asumido por la sociedad que hemos sabido y permitido corromper más allá de los funcionarios políticos.
Si bien los representantes en el gobierno tienen responsabilidades, pero a la vez los ciudadanos tambien tienen oblicaciones para ser cumplidas y tampoco se asumen por el índice de corrupción de nuestra conciencia cívica al aceptar un Estado corrupto.
Así el Indec en el Estado corrupto es parte de nuestra indefensión ante el Parlamento al permitir los superpoderes se transformen para el ciudadano una acción demagógica tardía.
Se destruye la República con los tres poderes al concentrar en uno obedeciendo una autocracia del Ejecutivo que deja de ser republicana al ejecutar a la República en beneficio propio.
Frente a ésto los ciudadanos nos conformamos sólo con votar sin consolidar la república como objetivo de una democracia plena, representativa y federal.
Sólo con una Argentina Ciudadana como lo expresa el rabino Bergman podrá recuperarse de cualquier crisis con valores morales y espirituales que nos faltan y no con un Indec que nos dibuje cifras compartidas con el gobierno de turno.
Tomar las medidas futura para una transformación conciente sin mediciones erróneas, sino valorar lo existente para hacerlo mejor con responsabilidad para un mañana mejor. Frente a éste destino compartido por aquellos que se sumen para hacerlo, serán los más activos que incrementarán sus valores en un sólo índice; el capital social y humano para una Argentina más responsable y solidaria para todos.
e1000

No hay comentarios.: