izado.Èsta escalada de crímenes en el paìs pretenden dejar un amedrentamiento en la sociedad de aquellos que se vinculan a la actividad mafiosa como prescedente de terror ante la impunidad de los jueces con una justicia que justifica soslayadamente al delincuente por sobre al ciudadano.
El lenguaje mafioso de las bandas que actúan dejó desde hace tiempo de ser la utopía de ficción en la TV para pasar a ser triste realidad en una sociedad aterrorizada y a pasado a ser parte de la cotidiana brutalidad en que se vive con una conducta sin normativas que regule la marginación.
Aún cuando el delito sea multicasual y sus factores determinantes provengan de varios sectores de la deserción escolar de 20.000 niños, la falta de oportunidades para los jóvenes, la incertidumbre económica, la marginaciòn sectorial y la cultura del facilismo cuando se resuelve con ganancias de droga por la cuál tiene vinculación el delito en una población de 60.000 presos, es la conciencia marginal la que transita ésos caminos sin retorno como la desaparición misteriosa de Julio López con viso de muerte o por el enfrentamiento entre los narcos que dejó 7 asesinatos en el conurbano bonaerense de Gral. Rodriguez, Martínez y Unicenter en 4 meses por el tráfico de efedrina dejado al descubierto en su distribución con un escenario de sangre a balazos.
El avance de la efedrina para sintetizar distintas drogas no es casual, para convertir en sede importante en el país a delincuentes internacionales y conseguir desarticular juridicamente las políticas de Estado en su control.
Así avanzó también el "paco" que es consumido por los jóvenes por su bajo costo al ser la resaca de la cocina de la cocaína por contener solventes tóxicos y carga para crear una adicción rápida. Su efecto tóxico es grande pero de efecto de menor duración lo que induce a su mayor consumo. El "paco" actúa sobre el sistema nervioso central afectando el cerebro de los jóvenes adictos que son movilizados a delinquir para mantener su adicción.
Con el avance del narcotráfico las bandas marginales pelean por conservar su territorio con el avance creciente del consumo.
El informe de Naciones Unidas indica que Argentina es el país que más consume cocaína en América latina y en segundo lugar la marihuana.
Por su parte la Organización Mundial de la Salud destaca al consumo de drogas ilegales como el incidente en el aumento consumidor y el Estado se muestra ausente en política eficaz de prevención y contención y al combate de los narcos.
Sólo medidas espasmódicas con escaso impacto negativo de seguridad a mediano plazo ya sea por falta de radarización del espacio áereo o poca vigilancia en las fonteras, hace que sea más fácil pasar la droga.
Con la carente actuación del Estado en poco tiempo tendremos copada Buenos Aires al igual que lo ocurrido en Rio, San Pablo, Caracas, México ó Ciudad del Este en la cuál los narcos controlan sus territorios y sus jefes tomado como rehénes a su población.
El crimen es siempre dramático, pero aún mas a nivel individual ya que el crimen organizado es aún más destructor al conseguir descomponer el tejido social, al conseguir que las instituciones miren hacia otro lado ante la evidencia de los ciudadanos que cada vez viven o sobreviven atrapados en su destrucción como víctimas de los delincuentes mafiosos internacionales, y nos hemos descuidado demasiado como sociedad en la seguridad, ya que todos somos el prójimo de alguién de un próximo.
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