El Gobierno de Macri no para de sorprender con su sueño "vamos que podemos". Ahora tomó la decisión de depositar en Gran Bretaña el oro de 11Tn del Banco Central de la República Argentina, por 462 millones de dólares, con el fin de que los ingleses lo tengan bajo su custodia, con lo cuál el oficialismo quiere dibujar la maniobra como una inversión para obtener rentabilidad en el mercado internacional, pero en realidad la estrategia es reasegurar los préstamos de endeudamiento que firmó y poner en jaque a la soberanía económica argentina, ya que los préstamos avalarían con la reserva de oro la garantía del acuerdo firmado.
Los lingotes habían sido adquiridos en 2012 durante la gestión de Mercedes Marcó Del Pont en el Banco Central por US$ 402 millones en un apuro -de hecho se concretó la operación cuándo la divisa cotizaba a valores récord de US$ 1560, por la amenaza de los holdouts de embargar los bienes de reserva Argentina en el exterior. Luego en 2015 Alejandro Vanoli habría buscado vender ésas barras de oro pero no pudo sacarlas fuera del país por el riesgo de confiscación de los fondos Buitres durante la disputa del pago a los holdouts, y en la actualidad su depósito al enviar constituye un fuerte reaseguro frente a la inestabilidad financiera internacional.
Así el BID que conduce Moreno anunció que “apoyará” al país desembolsando éste año 2.300 millones de dólares, que vendrán a sumarse al endeudamiento incesante y progresivo encarado por Macri desde su llegada al Gobierno. Con el argumento de inversiones futuras y mayor desarrollo laboral, al contraer sumando nueva deuda para desarrollo de infraestructura, en las áreas de agua y saneamiento, transporte, desarrollo urbano, transparencia e integridad, gestión de riesgos y gestión provincial, entre otras, el BID se comprometió a un desembolso total de 5.747 millones de dólares entre 2016 y 2018.
Trás la reunión, Moreno y el ministro Luis Caputo brindaron por el éxito con una conferencia de prensa en la que dieron detalles del acuerdo alcanzado, pero nada se dijo de los intereses a pagar por ése endeudamiento de largo plazo (a 1 siglo por DNU y que nada se sabe en el Congreso) por complicidad de los políticos y silencio parlamentario, que además sumará mayores cifras multimillonarias futuras, además de anunciar la próxima cumbre del organismo a realizarse en nuestro país en Mendoza, que será sede en marzo de 2018 y también la cumbre anual del BID; allí estarán más de 2.800 participantes además de 387 instituciones públicas y privadas, con representantes de los 48 países para concordar con los intereses futuros.
Este oro en garantía de resguardo podrá ser embargado por los acreedores de la deuda cuándo por un monto impagable para Argentina en caso, se considere insolvente para su pago en un futuro, en caso que perdiera su soberanía política é independencia económica. Pero al migrar parte de las reservas monetarias de oro de Banco Central al mercado internacional para hacer operaciones de "carry trade" dicen obtener rentabilidad sobre los lingotes. A su vez Federico Sturzenegger buscará certificar la calidad de ésos lingotes de oro, que fueron comprados por la anterior gestión y que dicen que son de "dudosa calidad", algo difícil de entender en el "oro onza troy" que es de 97% de pureza en el mercado internacional.
El oro se alquilará en los mercados internacionales y se reinvertirá en operaciones más rentables (generalmente se elige un swap de yenes), generando así una operación de "carry trade". "Ésto ya se hace con todo el oro que se tiene en Londres, porque al colocarlo en ésa plaza financiera se amplia su utilización", confirmaron la autoridades monetarias, por lo cuál los lingotes no se venden, se rentan, es decir se alquilan ahora por 30 puntos base y se invierten por 150 pbs. con una diferencia de tasas de 120 puntos base. Aunque claro, los precios y tasas son variables y pueden caer en su cotización en los mercados internacionales a futuro.
Actualmente de los US$ 51.313 millones de reservas monetarias, apenas US$ 2.529 millones son en oro.
El metal se transportará físicamente en aviones de vuelos regulares. Dada la magnitud, se repartirán los lingotes en dos embarques de cerca de 5.000 kilos (unas 500 barras) y cada envío costará unos US$ 70.000, es decir que el BCRA desembolsará unos US$ 140.000.
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