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viernes, 18 de septiembre de 2009

El aKaparar poder en los medios de comunicación ....

El Parlamento comenzó a tratar derechos y garantías que están teniendo una embestida fuerte por parte del oficialismo después de tener tambaleado en las urnas unos meses atrás. Más de doscientas modificaciones en 168 artículos fueron leídos y revisados en el proyecto de radiodifusión.
El proyecto toca suceptibles garantías al derecho de propiedad y libertad de expresión en largas sesiones del plenario en la cámara donde fueron discutidas por la oposición y que los
oficialistas terminaron aprobando a mano alzada.
La rapidez de votar deja interrogantes y suspicacias al no dejar un tiempo mínimo de reflexión parlamentaria y descubrir que una ley podrá regular la relación futura más facilitad a para la administración K del gobierno el control de los medios audiovisuales.
Asi el control de contenidos de los medios de radio y TV será ampliado y facilitará un derecho mayor para el Estado que podrá ejercitar mayor presión sobre la libertad de expresión y menor protección a la crítica del poder, desterrando al periodismo libre.
Dice el artículo 13 del Reglamento de la Cámara de Diputados de la Nación: "Producidos los dictámenes de las comisiones, serán impresos [...]. Una vez impresos, se los distribuirá [...], se pondrán a disposición de la prensa y quedarán en observación durante siete días hábiles".
Esta es la regla principal que violaron los diputados kirchneristas en el tratamiento de la ley de servicios audiovisuales, y ésta cláusula buscaría que las leyes tenga un carácter público y la ciudadanía, a través del periodismo, pueda controlar el trámite de las normas que la van a regir y el nuevo régimen con el que se quiere mejorar la calidad de la información, nace bajo el signo del ocultamiento de la información.
El diputado Gerónimo Vargas Aignasse (Frente para la Victoria-Tucumán) explicó la razón de la urgencia para justificar, que la sesión comenzó cuando ya se había agotado el tiempo reglamentario, Vargas Aignasse propuso: "Imagínense si este Congreso tuviera que declarar la guerra y le dijera a la gente: señores, cayó la sesión porque algunos legisladores llegaron quince minutos tarde". y Vargas Aignasse le puso nombre a esa guerra contra los medios de comunicación privados, cuya existencia es percibida por un amplio sector de la clase política como una restricción a la democracia.
Se obliga así a los medios "monopólicos" a rematar algunas de sus empresas antes de que caduquen las licencias que les concedió el actual gobierno. "Ni Chávez en su conflicto con RCTV fue tan lejos", comparó la oficialista Graciela Camaño.
Julio Cobos, que estará en ejercicio de la Presidencia cuando se trate la ley en esa cámara, será reemplazado por José Pampuro. Como presidente provisional, Pampuro acordó con Cobos y el resto de la oposición que el proyecto sea girado a cinco comisiones (Presupuesto y Hacienda, Libertad de Expresión y Comunicación, Asuntos Constitucionales, Derechos y Garantías, y Educación y Cultura).
Es posible que mejoren los modales, pero no el contenido. Según el recuento que anoche se realizaba entre los senadores, el Gobierno tendría el número suficiente para aprobar la norma. Están en duda, es cierto, los votos de los kirchneristas Guillermo Jenefes, Silvia Giusti, Horacio Lores y Ramón Saadi. Pero el oficialismo podría contar, como se anticipó en Diputados, con la adhesión del socialista Rubén Giustiniani.
Reunidos anteayer en su Comité Nacional, los radicales quedaron estupefactos ante la decisión de sus socios en el Acuerdo Cívico y Social.
La izquierda argentina tiene una confianza ciega en el rol pedagógico que debe ejercer el Estado sobre la sociedad. También le resulta atractivo que las empresas comerciales de comunicación cedan su espacio en el espectro a sindicatos, organismos de derechos humanos, pueblos originarios o cualquier otra entidad de bien público.
La ley de los Kirchner distribuye el espacio mediático entre las ONG adorna muchos artículos con la bibliografía que fue posible escuchar en el recinto de Diputados con referencias a teóricos del lenguaje, la comunicación y la política, como Foucault, Bourdieu, Mc Luhan, Sartori, Chomsky o Umberto Eco.
La pasión por éstas citas deja ver el corazón del proyecto que comenzará a tratarse la semana que viene en el Senado. Su articulado mantiene el sueño de modelar una sociedad a imagen y semejanza de la bibliografía expuesta. El texto se debe a las plumas de los profesores Luis Lázzaro, Damián Loretti y Martín Becerra, inspiradores del titular del Comfer, Gabriel Mariotto.
Ni Eco ni Chomsky ni Foucault juntos lograron que la izquierda admitiera que las telefónicas se transformaran en operadoras de TV por cable.
Kirchner aspira a que Telecom quede en manos de Ernesto Gutiérrez y Eduardo Eurnekian, asociados a la familia Werthein. No en vano el programa político del canal del ahorrativo Rudi Ulloa, en Río Gallegos, se llama El ojo del amo . Al kirchnerismo se le puede reprochar cualquier pecado menos la hipocresía y soberbia.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Los pronósticos actuales del campo y sus perspectivas futuras en el corto plazo

Foto: ALFREDO SABAT
Con el fin del séptimo paro del campo contra el gobierno de Cristina Kirchner, la pregunta es cómo sigue el sector después de la protesta.
¿El Gobierno intentará negociar aceptando bajar las retenciones, negociará sin hacer cambios fundamentales o el Congreso será la lanza con la cual el campo ganará la batalla contra los Kirchner? O por el contrario, ¿el Gobierno continuará el enfrentamiento profundizando las políticas anticampo o simplemente apostará a mantener las cosas tal cual están? ó ¿Será la campaña 2009/2010 otro ciclo marcado por los cortes de rutas?

Los referentes del campo consultados por LA NACION descartaron un cambio de rumbo de la política agropecuaria de los Kirchner. Para tener una visión desde el oficialismo, también se intentó contactar a la secretaria de Integración Nacional, María del Carmen Alarcón, y al presidente de la Comisión de Agricultura, el diputado kirchnerista Alberto Cantero Gutiérrez, sin éxito.
"Me cuesta ver un cambio de actitud del Gobierno, de acuerdo con los síntomas vigentes. Somos el enemigo visible, los adversarios con quien confrontar", definió el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi. "Los indicios que da la Casa Rosada no demuestran un cambio de actitud hacia nosotros", comentó el director de la Sociedad Rural Argentina por Entre Ríos, Luis Miguel Etchevehere.
"La política anticampo no es un hecho aislado en el kirchnerismo. Tiene un motivo, que es la búsqueda de más poder y recursos. Mientras el Gobierno tenga la plata de la soja, el futuro no le importa. Por eso veo difícil un cambio", dijo el vicepresidente 2° de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y diputado electo por Formosa, Ricardo Buryaile.
En este contexto, los consultados imaginan una campaña 2009/2010 sin cambios en la política agropecuaria. Otros arriesgan que la Presidenta gobernará por decreto desde diciembre e intentará frenar todos los intentos de independencia del nuevo Congreso.
"Me imagino al Gobierno tomando nuevas medidas contra el campo y a los productores reaccionando, porque la situación de gran parte del sector es crítica", señaló el diputado Esteban Bullrich (Pro-Capital Federal).
En las entidades agropecuarias , el pálpito generalizado es que a partir de ahora el Ejecutivo va a intentar imponerse sobre los demás poderes y que el Parlamento no va a poder actuar sin permiso de la Presidenta.
José Bustingorri, líder del combativo movimiento de los autoconvocados, el ala más dura de las bases, cree que la fórmula del Gobierno de ahora es más va a ser "desarrollar acciones tendientes a deteriorar al sector, pero con un discurso de diálogo, como lo ha hecho las últimas veces", explicó el autoconvocado, que es vicepresidente de la Sociedad Rural de Saladillo.
"También se dedicará a garantizarse la caja, pues gobierna en base a ésta y no con la Constitución", agregó.
Para Buryaile, en los próximos meses el campo no será el principal motivo de dolor de cabeza de los Kirchner. "Lo del campo es una escaramuza menor para lo que se viene. Hay cuestiones a resolver, como ajustar el festival de subsidios, recuperar la inversión en áreas estratégicas como la energía, resolver las dificultades de las provincias. Son cuestiones que no se van a poder eludir y quizás entonces vuelvan a disparar contra el agro para inventarse un enemigo y distraer la atención sobre los demás problemas."
Con este panorama a futuro, es inevitable pensar en que los productores se pasarán la mayor parte de la campaña 2009/2010 en las rutas. En este punto hay disensos, ya que mientras algunos creen que se viene una ola de protestas imparable, otros piensan que las entidades deben buscar una salida que no altere la paz social.
"Vamos a endurecer la protesta. Debemos culminar las movilizaciones en Capital Federal y permanecer allí, haciendo actos que le permitan a la gente del campo y la ciudad manifestar su rechazo al matrimonio Kirchner", dijo Bustingorri.
"El Gobierno es irracional, así que aunque nosotros confiamos en las vías institucionales para solucionar nuestro problema, no descartamos ningún tipo de acción", acotó Etchevehere.
Para Buzzi, el camino de las rutas no es el mejor sendero para lograr la paz entre las partes enfrentadas, y es fundamental encontrar otra salida.
"Los dirigentes tenemos que buscar un esquema que sea ganar-ganar, en donde el Gobierno no sienta que retrocede y los productores logremos algo. Hay que terminar con la irracionalidad, agudizar el ingenio para crear un marco de trabajo adonde se pueda resolver esto. No se puede seguir diciendo que se vaya Moreno, porque nadie espera con seriedad que este gobierno se desprenda de él o de Ricardo Echegaray [jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos], dando un signo que para ellos sería de debilidad", dijo Buzzi, para luego agregar que no sería una mala idea "traer una figura intermedia que medie entre las partes, y nos ayude a acercarnos".
Según el presidente de la Federación Agraria, el otro escenario, el de seguir confrontando por tiempo indeterminado, los asusta "porque es una locura seguir pensando en varios meses de protesta", expresó.
El rol del Congreso
Con éste pronóstico, que augura más peleas entre el Gobierno y el campo, y escasas posibilidades de lograr medidas en favor de la recuperación de la producción, otro interrogante que da vueltas es el del papel que jugará el Congreso de aquí en más, sobre todo teniendo en cuenta que una parte de la última iniciativa del Parlamento que respaldaba al campo fue vetada por la Presidenta.
"Hasta diciembre, los Kirchner se van a llevar puesto al Congreso. Ojalá que a partir de diciembre se ponga limites al Poder Ejecutivo, que es lo que votó la gente y lo que todos están esperando", dijo Etchevehere.
Esteban Bullrich dijo tener esperanzas en que el Congreso y el Poder Judicial jueguen un rol determinante en los próximos meses. "Tanto el Congreso como la Justicia pueden inclinar la balanza para un lado como para el otro. Además, creo que las entidades han aprendido en estos últimos años a trabajar con el Congreso y nosotros los diputados hemos aprendido a trabajar con ellos ante la gestión de reclamos genuinos del sector", dijo el legislador.
"En este contexto, creo que la actitud del Gobierno luego del 10 de diciembre va a depender de lo que ocurra en el Parlamento: si el Gobierno logra demostrar más poder que este, profundizará el modelo anticampo. En esto es fundamental el rol que nos toca a nosotros, la oposición", analizó el diputado de Pro.
Para Buzzi, "el Congreso es una oportunidad, aunque la Presidenta vete todo y se decida a gobernar por decreto".
Con la campaña 2009/2010 en marcha, y con buenos pronósticos de lluvias, los productores están poniendo todo su esfuerzo económico y técnico en lograr una cosecha mejor que la del ciclo anterior. Saben que el resto dependerá del acontecer político de los próximos meses, de la eficacia de la acción de las entidades rurales y de cómo se plante el Congreso a partir de diciembre frente al poder de los Kirchner.
Por Mercedes Colombres
De la Redacción de LA NACION