Macri con su hija Antonia sobre sus hombros celebra su victoria en el ballotage de las elecciones presidenciales en Costa Salguero. "Hoy es un día histórico, es un cambio de época que va a ser maravilloso. Es un cambio que nos tiene que llevar hacia el futuro, hacia las oportunidades", dijo el presidente electo ante varios cientos de sus partidarios que festejaron los comicios al ganar el ballotage por 3 puntos al frente opositor FPV. Agregó que "lo importante es el camino del trabajo, del esfuerzo, de no querer sacar ventaja a costa del que se tiene al lado... Mi tarea es ayudarlos a encontrar ese camino de desarrollo personal y el de sus familias".
Con un discurso componedor y no ideologizado que contrasta con el estilo de confrontación del kirchnerismo, que provocó una división política en la sociedad, hizo hincapié en su perfil de tecnócrata con capacidad de gestión que puede "solucionar los problemas de la gente" ya que "Nuestra ideología es resolver, es hacer, lo definiría como un desarrollismo moderno del siglo XXI", señaló .
Macri también logró persuadir a los votantes de los sectores populares donde el peronismo ha sido históricamente más fuerte, que el cambio de modelo de un gobierno populista a otro de centro no significará un recorte de los subsidios para las familias sin empleo y de otros beneficios sociales. Macri ingeniero de 56 años asumirá el 10 de diciembre como Presidente electo por 52,6 contra 49,7 % con varios desafíos por delante que tendrá que sortear: una inflación de al menos 34% anual según economistas privados, cepo con restricción a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, la producción y exportación, una creciente inseguridad y el avance intenso del narcotráfico.
También le tocará negociar con los "fondos buitres", en un país con escasas revervas en el Banco Central, con los inversionistas estadounidenses que han demandado al país por títulos impagos de su deuda. Pero los desequilibrios económicos de la transición no deberán alterar las conquistas sociales del kirchnerismo para evitar más protestas sociales como las de 2001, cuándo millones de argentinos cayeron en la pobreza a raíz de la aplicación de políticas de ajuste.
Se deberá revisar los acuerdos secretos que firmó Cristina Kirchner con Pekín en temas de energía nuclear e infraestructura, y deberá definirse qué hará con la estación espacial de China en Neuquén que avaló el Gobierno por 50 años bajo el liderazgo del Ejército Popular de China.
Asumir y definir la alianza estratégica que la Argentina selló con Rusia, que está sancionada por Estados Unidos y la UE por el caso Crimea.
Acordar retomar las relaciones con Estados Unidos que el canciller Timerman se encargó de dinamitar las relaciones.
Macri además deberá acordar con el bloque una propuesta para negociar en lo inmediato un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y el Mercosur que se mantuvo frenado desde hace varios años por las diferencias que Cristina Kirchner tuvo con Brasil.
Por lo tanto el nuevo presidente tiene una sola forma de acumular poder a partir de un ballottage muy ajustado: es ganar la confianza para "asegurarse durante el primer año la calidad de una buena gestión".
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