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martes, 25 de agosto de 2015

Crugió Tucumán con tiros, batacazos y Incidentes de protesta frente a la Casa de Gobierno


Mientras se llevaba una pacífica manifestación en contra de la violencia política y fraude en la provincia de Tucumán, miles de ciudadanos fueron reprimidos con gases lacrimógenos y balas de gomas por parte de la policía de la provincia que custodiaba la Casa de Gobierno en la plaza Independencia con enfrentamientos,quema de urnas y denuncias de fraude, derivaron en una jornada de tensión y violencia. Trás dos horas de gritar consignas contra el Poder Ejecutivo, se sucedieron los incidentes, con la reacción de los efectivos apostados en la sede del Ejecutivo y de los efectivos de la Caballería que embistieron contra los manifestantes. “No daba para más y había que actuar”, justificó uno de los encargados del operativo de la fuerza de seguridad ante los reclamos de los ciudadanos apostados en la esquina del edificio oficial. Corridas por el frente de la Casa de Gobierno en una noche de furia que algunos lo tildaron como un “tucumanazo”,
En una multitudinaria protesta contra el triunfo del oficialista Manzur, fue fuertemente reprimida por la policía con varios heridos y detenidos, y la oposición no reconoció la derrota del radical Cano. Minutos antes de las 23, un altercado entre militantes radicales y presuntos policías de civil derivó en una batalla campal, con un número incierto de heridos. Ante los disparos, que se hicieron atronadores y constantes, muchos manifestantes corrieron a refugiarse en la Catedral y en hoteles cercanos, mientras motocicletas recorrían las calles laterales de la plaza de modo amenazante.

Encerrado en el primer piso del mismo hotel, Cano repasó junto con su equipo las irregularidades de los comicios. "En Tucumán no ganó nadie. Perdió la democracia. Perdió la transparencia. Perdimos los tucumanos", dijo el diputado radical, aunque a la vez destacó la "elección histórica" de su frente, con triunfos en las intendencias de la Capital, Yerba Buena y Concepción.
Unas horas después, las estridentes campanadas de la catedral se mezclaron con los ruidos de las cacerolas y los gritos de la multitud, que pasada lárgamente la medianoche todavía repetía las consignas que marcaron el cierre electoral: "respeto para nuestro voto" y "el pueblo no se va".



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