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sábado, 26 de julio de 2014

"Elegir el nombre que más guste para el nuevo defauld ..."


Con las negociaciones con los holdouts estancadas y el Ejecutivo más preocupado por la cláusula RUFO, la Argentina está muy cerca de una nueva cesación de pagos. Todo indica que la Presidente evitaría llamar las cosas por su nombre, al seguir creyendo que evitar llamarlo por su tal los problemas económicos no existen, y por ello debe buscarse otro nombre para el defauld para ingresar el dia 30 de julio.

Néstor Kirchner les llamaba "tensiones del crecimiento" a los cortes de luz y problemas de abastecimiento energético. No quería utilizar el término que se comenzaba a propagar: "crisis energética". A la reducción de subsidios, nunca concluida, Cristina Fernández la bautizó "sintonía fina". A la devaluación, Jorge Capitanich la transformó en "desplazamiento cambiario", y a la inflación, Axel Kicillof la denomina "variación de precios". 
Como se ve, a lo largo de los últimos 11 años, la semántica ha sido un instrumento primordial en la construcción del relato K.
Pero la inflación está en realidad en las góndolas y en los bolsillos de sus consumidores todos los días. La devaluación impacta también en la suba de precios. La luz es fácil de percibir cuándo no está, porque los cada vez más abultados subsidios no garantizan el abastecimiento, sólo una tarifa baja. Aún así, el Gobierno insistirá con ésta estrategia de cambiar palabras y rebautizar conceptos.
La Argentina podría entrar en default después del próximo 30/07, cuándo las calificadoras de riesgo registren que, trás un período de gracia, los acreedores de la deuda reestructurada no se encontrarán con los US$539 millones prometidos, y más si ésto se produce por causa de un fallo de la justicia de Nueva York que le impide a la Argentina pagarles a éstos bonistas, si es que al mismo tiempo no les paga a los holdouts, vulgarmente llamados "fondos buitres". 
Mientras en la "Gran Manzana" en NY se desarrollan conversaciones entre las partes a contrarreloj con pocos resultados de acuerdo, el juez Thomas Griesa decidió que la Argentina debe pagarles más intereses US$1.530 millones a los tenedores de bonos en default que no ingresaron a los canjes de deuda en USA.
Ésta es una sentencia que debe cumplirse, y el Gobierno lo sabe y no es algo que lo desvela, pero ha quedado de manifiesto que el temor de la Casa Rosada pasa por la denominada cláusula RUFO que fue creada por Kirchner en 2005, y "Si se viola ésa cláusula, se cae todo el canje", graficó la Presidente. 
El miedo se basa en la posibilidad de que los bonistas de la deuda reestructurada inicien juicios contra la Argentina reclamando el 100% del valor de sus bonos defaulteados. En los canjes de 2005 y 2010 habían aceptado quitas. Los "buitre" no lo hicieron y obtuvieron un reconocimiento en la justicia estadounidense. 
Para el Gobierno la cláusula RUFO es una prioridad anterior al default y no se arriesgará a que se dispare ésa disposición, aunque la probabilidad sea baja. En otras palabras, para el Gobierno sería preferible que la Argentina entre en cesación de pagos, con las consecuencias económicas que ésto conlleva, a que se inicien reclamos contra el país que podrían llegar, según las estimaciones del Gobierno, a los US$500 mil millones. 
En ésto coinciden economistas opositores como Roberto Lavagna y Jorge Remes Lenicov, el ex ministro de Kirchner habló de la preferencia de un "tifón" a un "tsunami" y de que la Argentina debe "privilegiar al 93% que aceptó una quita sin precedentes", que ahora son los afectados por el fallo de Griesa.
En su último discurso, Cristina reconoció a Lavagna, y dió indicios de que el default es la opción más probable y aquí vuelve la semántica, para que no se lo llame así.
La Presidente pidió que el mercado le encuentre un nuevo nombre a ésta situación como Newfault ó "default light" ya que la Argentina ha demostrado voluntad de honrar sus deudas, hizo una orden de pago para los holdings a cobrar y los mismos son impedidos de acceder a sus dólares por una orden judicial del juez Griesa. 
"Quiero decirles que la Argentina no va a entrar en default. Porqué en default entran los que no pagan y Argentina pagó", dijo la Presidente. 
Con ésta retórica las negociaciones en Nueva York siguen en un callejón sin salida, pero La Presidente dejó solo la sensación de que la Argentina está más próxima a un default que a arriesgarse a violar la cláusula RUFO con un acuerdo con los holdouts que, sin embargo, le posibilite a los holdings acceder a sus pagos. 
Tifón, Newfault o "default light" elijan el nombre que más les guste o sino como vulgarmente conocemos como "paga Dios con Vaca Muerta".
Urgente 24-ADN

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