"Síndrome de ausencia"

Durante una reunión de algunos jerarcas funcionarios en Olivos, la anfitriona CFK llamó a su secretario Alfredo Scoccimarro para interpelarlo preguntándole, "Decime, Alfredo, ¿vos seguís siendo mi vocero de Medios?.Y ante la obvia respuesta insistió en tono de broma,¡Porqué no me tenés informada y no me mandaste el resúmen de prensa...!
Scoccimarro algo desconcentrado le parecía su respuesta una puesta en escena que realmente lo era, cuándo se lo dieron a entender los de su entorno reducido, que se miran y hacen una hermenéutica de sus gestos de cada uno en sigilo para comprenderse, se devolvían inciertos en analizar observando cada gesto presidencial al ungirse de calificados fieles como el bien más preciado del kirchnerismo de la comunicación.

Perturbado Scoccimarro venía de batallar al incorporar dos nuevos colaboradores al equipo a pedido de Máximo K cuándo le insistió, "Dale más bola" a los muchachos ya que son militantes, pero no cumplen con los parámetros exigidos para especialistas en comunicación, y tener idea del lugar que se ocupa con una tropa disciplinada a la que no pueden asistir con vestimenta de jean y sweter, a una entrevista que Jorge Rial le hizo a la Presidenta en el canal donde solo anotaban todo.
Después todo quedó en suspenso con la convalecencia de la Presidenta y es indudable que la salud presidencial no es un hecho menor que ahondó el vacío de poder, y ahora despuntó en baja con el proyecto de reelección del que no se habla despúes del PASO.

En el coloquio de IDEA en Mar del Plata, tanto peronistas como empresarios sintieron la sensación de cambio multisectorial inusitado en declaraciones obsesivas de no provocar al gobierno, ya que la jueza de la Corte Carmen Argibay estaba presente para suponer un hecho político.
En otra dimensión es la reciente disparada de las acciones argentinas en Nueva York y los hombres de negocios se encuentran entusiasmados no se sabe hasta cuándo, ante el fin del kirchnerismo y no los exime de cuidadosos, frente al poder, ni ahora ante la evidente debilidad por el reposo presidencial, y que CFK deberá analizar conciensudamente la situación después de su recuperación ya pasadas las elecciones. Esto es difícil saberlo cuándo solo habla con Zannini, Parrilli y sus hijos con cierto hermetismo y solo lo que a ella le interesa.

Para conocer la realidad no se necesita de resultados eleccionarios que confirmarán lo que ya se sabe, ya que los análisis políticos se centrarán en el día después de los dos años que faltan.
El oficialismo antes resistía decir transición y "fin de ciclo" pero que ahora comparte de forma explícita en un marco de certidumbre.

De todas maneras será importante conocer la diferencia de votos entre Massa é Insaurralde en la provincia de Bs As como disparador ante la competencia con Scioli, que si sale fortalecido cambiará la situación a pesar que al acercarse la fecha los valores se hacen menos predecibles.

La competencia de Filmus con Solanas en la Ciudad de Bs As. es otra cuestión que compite con ser progresista y para ello está pendiente la eficacia en la gestión, que también lo incluye al PRO, pero que no alcanza con el Metrobus y el subte de los ideólogos macristas.

Serán tres décadas cumplidas de democracia despareja signadas por cambios realizados que no alcanzaron superar la deriva en que todavía el país necesita alcanzar, para resolver los nuevos problemas cuándo se tiene un poder enfrentado por intereses materiales, y según el estilo de gobierno no se a hecho más que enardecer pasiones. 

En una agenda complicada por la inseguridad, inflación, insuficiente energía, corrupción y pobreza con la liviandad tratada, es un síntoma que preocupa al que viene y al futuro del país.
No obstante la Presidenta será una pieza clave en conservar el apoyo popular y que solo dependerá de ella conservarlo o aumentarlo, el resto de los partidos solo buscan la hegemonía política en sus internas y no se advierte que ésto se logre con una transición que en definitiva será larga.
La imágen de los políticos con un sillón presidencial vacante envalentona la ambición de muchos por ocuparlo, aunque para ello los movimientos políticos pretendan ser sigilosos y cautelosos.